viernes, 12 de diciembre de 2008

LAS GANAS PARAN EL TIEMPO...

No es algo que haya descubierto ahora, pero cada vez noto más su juego. La mayoría del tiempo en sensación para mí ha pasado muy rápido, me acuerdo de momentos donde se me hizo largo, pero han sido solo momentos, el resto pasó rápido, pasa rápido. Aunque soy consciente que conforme he ido cumpliendo años ha ido acelerándose, a excepción de algunos momentos.
También me he dado cuenta, que algunas veces ha ido tan rápido que un mes me ha parecido un soplo. El caso es que le damos tanta importancia al tiempo, incluso creemos que con nuestro super reloj, y nuestro increíble calendario, lo tenemos contado y controlado, pero creo que va por su cuenta, que nada tiene que ver con los horarios o con los números ordenados en semanas y meses.
Estos días se me están pasando lentos, por las ganas de que llegue un día, aquí viene el tema, que cuando tengo muchas ganas de algo, el tiempo se relentiza, decide recrearse en los días, y esto hace que tenga mas ganas, y cuanto mas ganas mas lento. Me río, me hace gracia la forma que tiene de jugar con nosotros. Es lo mismo que cuanto mas agusto estás mas rápido pasa.
¿Entonces?, si va mas rápido cuanto mas agusto estamos, cuanto mas ganas tenemos que llegue un día, que pueden ser las ansiadas vacaciones por ejemplo, y cuando mas astiados o cansados estamos pasa lento y espeso, eso que quiere decir, que si queremos parar el tiempo es mejor que nos aburramos, nos cansemos, etc,etc.
Ahora me viene a la cabeza, el libro de Milán Kundera, la insoportable levedad del ser. Para mi el peso, son esos momentos o situaciones o etapas de la vida, densas, espesas, donde te encuentras en inmerso en esa sensación de que el tiempo no pasa, y quisieras que pasara rápido, y la levedad, sería esos momentos de estar agusto, momentos esperados con ganas, que cuando llegan el tiempo pasa por ello como estrella fugaz. Sigo riéndome, porque esta vida es increíble, sorprendente e inexplicable, de ahí su belleza, de ahí que sin encarnarnos estemos deseando de hacerlo, de volver a nacer, de volver a sentir son infinitos contraste y opuestos.
A veces me doy cuenta, de lo especial que es vivir, de lo increíble que es el ser humano y de lo tontos que somos mientras hacemos nuestras vidas. Pero son instantes fugaces que nunca producen un pensamiento exacto que explicar, que hacer tuyo, mas bien es como si se me encendiera la luz y se me apagara rápido, y solo puedo decir, eeehhhh, la luuuz, pero ni me quedó el destello, solo la sensación de que por un instante vi algo claro, pero fue tan fugaz que ni me dio tiempo a pensarlo y hacerlo mío.
Hoy creo que es unos de esos días que escribo sin ton ni son, que no tengo ni idea del sentido, y que al mismo tiempo me da igual. Unos de esos días que escribo porque si, sin esperar que salga nada coherente, solo dejo que las palabras caprichosas salgan como quieran.
El tiempo, que cuando queremos pararlo mas rápido pasa, y cuando queremos acelerarlo mas lento corre, sigo riéndome, me gusta ver el poco control que tenemos de lo que realmente es importante, y lo afanados que vivimos por controlarlo, no solo a el, sino a todo lo que nos rodea. Controlamos algo cuando realmente sabemos de ese algo, controlamos un coche cuando sabemos conducirlo, controlamos un bicicleta cuando hemos aprendido a andar en dos ruedas, y controlaremos nuestra vida cuando sepamos realmente que es esta vida. Mientras tan solo jugamos a ser dueños del tiempo, de los días y de nuestro propio existir.
Yo mientras trato de aprender un poco sobre mi y sobre la vida misma, prefiero sonreirle al tiempo guiñarle un ojo, y decirle, eeehhh, que te veeooo, aunque solo sea eso, darme cuenta de sus ritmos, tal vez sea el comienzo de una bellisima amistad... y sigo sonriendo...

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